lunes, 2 de junio de 2008
Empezarás a palpar el cielo, Juan, en el
momento en que palpes la perfecta velociada.
Y ésta no es volar a mil kilómetros por hora,
ni a un millón, ni a la velicidad de la luz.
Porque cualquier número es ya un límite
y la perfección no tiene límites.
La perfecta velocidad es estar allí.
...Es extraño. Las gaviotas que desprecian
la perfección por el gusto de viajar,
lentamente no llegan a ninguna parte.
Las que se olvidan de viajar por alcanzar
la perfección, llegan a todos lados y al instante.
Recuerda, Juan, el cielo no es un lugar
ni un tiempo, porque el lugar y el tiempo
poco significa.
...El cielo consiste en ser perfecto.
De Juan Salvador Gaviota
(Richard Bach)
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